A partir de ahora deberíamos cambiar la expresión "tener ojo de lince" por la de "tener ojo de Anomalocaris". La razón es que Emu Bay Shale, un yacimiento de la isla australiana de Kangaroo. Esta especie era conocida desde hacía un siglo, aunque nada se sabía de sus ojos. Por ello fue un gran hallazgo el encontrar fósiles de este tipo de tejido, ya que tenía nada más y nada menos que más de 32.000 lentes en cada ojo, superando a la libélula, ser vivo actual con mayor agudeza visual gracias a sus 27.000 lentes, y obviamente a nuestra especie, que solo goza de una. Los investigadores califican esta "gamba gigante" como un temible depredador, comparable al tiburón blanco o al león, todo gracias a su gran capacidad visual, la mayor de la historia de la vida en este planeta por el momento. Su alimentación se basaba en trilobites, medusas y gusanos, que cogía con sus dos apéndices, y medía alrededor de un metro y medio.
